Natalia Zubizarreta, interiorista: "En un recibidor me gusta poner los halógenos de toda la vida pero en LED"

“Siempre recomiendo un mueble especial en la entrada. A mí me encantan las cómodas antiguas, o más modernas, pero siempre de madera”. La madera, y especialmente las de roble o castaño, aportan ese punto cálido y noble que cambia por completo la sensación del espacio. “Si es antigua, me gusta blanqueada, decapada, mate, en color claro… crean mucha calidez”. Y los cajones no son opcionales. Son imprescindibles. ¿Por qué? Porque es ahí donde se guardan llaves, gafas de sol, cargadores... Todo eso que necesitas tener cerca, pero no a la vista. Así se mantiene el orden desde el minuto uno.

Un buen espejo multiplica metros, reparte la luz y da ese toque final que redondea el conjunto. Natalia lo tiene claro: “En un hall moderno me gustan los espejos redondos con marco de aluminio, que están muy de moda”. Si tu casa es más clásica, prueba con un espejo vintage o uno de madera de roble enmarcado. “Cuanto más grande sea, más grande parecerá el hall”, asegura. Y razón no le falta.

La alfombra perfecta para un recibidor tiene que ser resistente, mullida y libre en la puerta. “Yo apuesto por alfombras sintéticas con efecto fibra natural”, explica Natalia. Son bonitas, duraderas y muy sufridas. Eso sí, cuidado con el grosor: “Si son muy gruesas, no va a poder librar la puerta de entrada”. Y no hay nada más incómodo que tener que empujar la puerta con el pie cada vez que entras en casa.

El paragüero está ahí por una razón, así que... ¿por qué esconderlo? “A veces tenemos paragüeros súper feos. A mí me gustan los de cerámica, de colores…”, nos cuenta Natalia. Son prácticos y decorativos a partes iguales. Y si no llueve, puede ser un elemento que sume puntos al espacio. Ya sabemos que cada detalle cuenta y más en una zona de reducidas dimensiones, donde cada pieza debe ser elegida con un propósito estético y funcional.

Aunque tengas cajones, siempre es útil tener una bandeja, cajita o vaciabolsilllos donde soltar las llaves o monedas al llegar. “A veces es más fácil y accesible que abrir y cerrar un cajón. Mejor si tiene tapa, para que no se vea todo y no dé sensación de desorden”. Un truco sencillo de Natalia Zubizarreta, pero efectivo. Y con estilo.

Los papeles pintados no son solo para salones o dormitorios. “A mí los halls me encantan con papel cálido, ¡extra cálido! Preferiblemente de fibras naturales”. Lana, rafia, papeles con textura… Son más caros, sí, pero “como es poca superficie, es más fácil que nos lo podamos permitir”. Y como no es una zona de mucho uso, durará perfecto.

“Un armario gabanero es fundamental. Con 45 cm de fondo puedes hacer un armario de cuelgue frontal que funciona muy bien”, explica. No hace falta uno de 60 cm si no tienes espacio. “Y con uno de 100 cm de ancho ya cubres bastantes necesidades”. Dentro, una barra para abrigos, mochilas o bolsos, y si puedes, una balda baja para esos paquetes de Amazon que llegan a diario.

“Siempre me gusta añadir un jarrón transparente con flores o ramas. Entrar en casa y ver flores frescas nos alegra la vida”, confiesa Natalia. Ella lo hace en casa, y funciona. Si quieres algo más duradero, apuesta por eucalipto fresco, que aguanta semanas y huele de maravilla.

Si tienes un armario zapatero, necesitas un banco (y si no tienes, siempre queda bien en un recibidor). “Podemos poner una consola volada en forma de U y debajo colocar el banquito, por ejemplo”. Elige uno tapizado o de diseño bonito, que aporte algo más que funcionalidad.

La iluminación del techo también cuenta. “Para mí siempre es importantísimo que haya unos focos, como los halógenos de toda la vida, pero en LED, con iluminación cálida”. Porque esa luz de bienvenida no solo debe verse bien, debe sentirse bien.